Un día el conde Lucanor se sentía mal por haber mentido varias veces a su amigo y, entonces le pidió consejo a Patronio, el cual le contó la historia del pastor y el lobo.
Había una vez un pastor que tenía un rebaño de ovejas, un día empezó a gritar:
-¡El lobo se ha comido a mis ovejas!
Los vecinos, asustados, acudieron a su socorro. Cuando llegaron se enfadaron ya que era mentira, las ovejas estaban intactas y no había ningún lobo.
Esto ocurrió repetidas veces, hasta que no acudía nadie porque se esperaban encontrarse lo mismo que la primera vez.
Un día, volvió a ocurrir, pero esta vez de verdad; y el pastor, desesperado, no sabía que hacer, el lobo se había comido a la mitad de su rebaño. Consciente de lo mal que había hecho al mentir, no volvió a hacerlo.
El conde Lucanor, antes de que su amigo no volviera a confiar en él, dejó de mentirle, uniéndolos aún más.
Antes de que dejen de confiar en ti,
deja de mentir.
A.F.V.
Bien, aunque el cuento de Patronio no sea de tu autoría.
ResponderEliminarFernando.