SI NO SABES QUIEN TE LO ENVÍA, NO LO ABRAS
Un día, el Conde Lucanor se encontró en la puerta un paquete enorme, envuelto con papel de color cían y con un lazo gigante. Tenía ganas de abrirlo, pero al ver que no ponía quien se lo enviaba, prefirió buscar a Patronio y que este lo ayudara.
Buscó a Patronio y cuando lo encontró, le contó su gran duda. Patronio le contestó contándole un cuento que decía así:
Había una vez, un hombre desesperado por su amada, al que ella no amaba, ya que la perseguía hasta su casa. La pobre mujer, harta dél, le pidió consejo a una hechicera. Estas hicieron un enorme paquete donde había una sorpresa para el hombre.
Un día le llegó a este un regalo a su casa en el que ponía: "para mi amado". Este se pensó que era de su amada y cuando lo abrió se convirtió en piedra, tras caer en un hechizo.
La mujer quedó libre, pero él se quedó convertido en piedra para siempre.
-Por esta razón, señor Conde, no debería fiarse del paquete, a no ser que sepa quien se lo ha enviado.
El Conde Lucanor lo comprendió al momento, entonces mandó que retiraran el regalo y escribió esta moraleja:
No abras un regalo,
a no ser que sepas quien te lo ha enviado,
pues caerás hechizado.
Lara González